Desde hace algunos años que la región de América Latina viene observando tendencias regulatorias que se continúan con el pasar de los años. El etiquetado frontal de alimentos ha sido el tema más destacado desde el año 2011 en la región, y aún hoy, casi 12 años más tarde, continúa siendo uno de los temas más “calientes” en América Latina. Pero también se han observado cambios en las regulaciones para aditivos alimentarios y contaminantes de alimentos. ¿Qué cabría esperar para el 2023 en términos regulatorios?
Uno de los avances más esperados continúa siendo el del Mercosur y la actualización de los reglamentos de etiquetado, general y nutricional, el desarrollo de un esquema de etiquetado frontal, y el tan discutido reglamento de aditivos alimentarios, entre otros. Si bien son trabajos que ya han excedido los tiempos estipulados, podría esperar que el 2023 sea un año clave donde se pueda terminar con las revisiones pertinentes. En relación a los aditivos alimentarios, ya hay consenso para poder adoptar aquellos aprobados por Codex Alimentarius y la European Food Safety Authority. El debate sobre aditivos avanza con mejores perspectivas que el de etiquetado frontal, dadas las diferentes posturas de cada país.
Los bloques de la Secretaría de Integración Económica de Centroamericana (SIECA) y el de la Comunidad del Caribe (CARICOM) continúan discutiendo el desarrollo e implementación de un sistema de etiquetado frontal armonizado en sus respectivos bloques. En ambos casos la presión de la sociedad civil está siendo cada vez mayor, y será cuestión de tiempo para ver cómo actúan las autoridades.
Brasil tiene pendiente dos asuntos de gran relevancia para el próximo año: continuar con el trabajo sobre el posible desarrollo de un reglamento para productos plant-based, y recabar los comentarios de la consulta pública que introduciría cambios en el acceso al mercado de alimentos, introduciendo cambios en el proceso de notificación y registro.
En el caso de Chile, la propuesta para actualizar los aditivos permitidos en alimentos recibirá comentarios hasta finalizado marzo 2023. De esta forma se esperaría que para el segundo semestre se pueda publicar una versión final de la regulación. Colombia aprobó en diciembre pasado el nuevo esquema de etiquetado frontal de alimentos, el cual se comenzará a implementar a mediados del 2023, junto con los cambios en la forma de declarar la información nutricional. Adicionalmente, Colombia planea revisar y actualizar la regulación para suplementos dietarios, que, si bien no tiene una fecha estimada, ya consta en la agenda del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA).
El Salvador ha propuesto una regulación específica para suplementos nutricionales durante el 2022, la cual se espera que pueda aprobarse a comienzos del 2023. De aprobarse, sería la primera regulación para la categoría bajo el área de alimentos, dado que actualmente estos productos se clasifican en su mayoría bajo el área de medicamentos.
En el caso de México quedará pendiente la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación respecto al etiquetado frontal de alimentos ante las demandas presentadas por diversos grupos privados sobre la supuesta inconstitucionalidad de la medida implementada en 2020.
Podría continuar citando más ejemplos en la vasta región latinoamericana, concluyendo que una vez más vemos el dinamismo regulatorio que existe en la región, y de ahí, la relevancia de estar siempre actualizado en las tendencias y novedades.
*Eugenia Muinelo, Gerente de Asuntos Regulatorios en EAS Strategies
